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Albert Schweitzer (1875-1965):
humano de sensibilidad honda. Múltiple. Fue médico, filósofo, pastor
protestante, músico. Curó las dolencias del cuerpo en el Hospital
Lambaréné, en Gabon, en el África negra. Su humanismo militante (y no
puramente declamatorio) fue reconocido cuando, en 1952, se le concedió
el Premio Nobel de la Paz. Como músico, recreó a Bach a través de su
gran virtuosismo en la ejecución del órgano. Fue sensible al pensamiento
del Oriente y a las aspiraciones éticas.
El ojo de Schweitzer descubría con
agudeza toda fractura de la dignidad y la plenitud humanas. Una de los
abismos del hombre contemporáneo se manifiesta en la pérdida de la
predisposición al pensar. Pensamiento perdido. Incapacidad para
trascender la conversación rutinaria, la faz más apremiante y cercana de
las cosas. Imposibilidad para meditar en la concepción del universo que
burbujea bajo la trama de todos |